Aisladores de porcelana, cable trenzado e instalaciones eléctricas antiguas

Antiguamente las instalaciones eléctricas y de corriente se realizaban de forma vista. Con eso queremos decir que no existían instalaciones empotradas e invisibles, con lo que todos los cables recorrían las paredes y techos de las casas.

El cable que se utilizaba era casi siempre de tipo trenzado. La razón por la que el cable era de este tipo estriba en que era mucho más fácil trenzar los dos cables necesarios para dar corriente a una lámpara que integrarlos en una sola funda, tal y como se hace actualmente.

Para sujetar el cable trenzado, se idearon unas piezas a las que llamamos aisladores. Se trata de unos accesorios fabricados normalmente en porcelana y que tienen una doble función: por una parte se clavan en la pared dando recorrido al cable; por otra parte se introducen entre el trenzado para sujetar dicho cable. La razón por la que se fabricaban en porcelana es porque este material no propaga la corriente, dando de este modo seguridad a la instalación. Recomendamos ver el video de este post.

Hoy en día la mayoría de las instalaciones eléctricas transcurren por el interior de las paredes, a través de tubos huecos (tubo coarrugado) que permiten pasar los cables sin necesidad de volver a agujerear paredes. No obstante y siguiendo la moda actual de volver al pasado, se están reutilizando tanto el cable trenzado como los aisladores para reliazar algunas instalaciones decorativas.

Los aisladores de porcelana y el cable trenzado siguen presente en muchas casas antiguas (turismo rural, masias, pazos, caserios...). La reedición de estos materiales permite también actualizar esas instalaciones eléctricas, ahora si, siguiendo las normativas más exigentes en seguridad.

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