Bolas y globos de cristal para lámparas: Cómo escoger un globo de cristal

Uno de los recambios más solicitados por nuestros clientes y usuarios son las tulipas o globos de cristal. Al ser el cristal una material delicado, acostumbra a romperse fácilmente, por ejemplo, durante una mudanza o cuando pintamos nuestra casa.

La reposición de uno de estos globos de cristal en nuestra lámpara es relativamente sencilla, aunque existen diferentes parámetros a tener en cuenta a la hora de adquirirlos. Además de la reposición, puede darse la posibilidad de que queramos crear una lámpara en la que uno de los componentes sea la bola o tulipa de cristal.

En este artículo hablamos exclusivamente sobre los globos de cristal, es decir, las clásicas bolas de cristal de las lámparas. Para saber qué globo de cristal nos interesa, debemos tener claro lo siguiente:

1-El diámetro del propio globo: El diámetro debe ser coherente con la proporción de nuestra lámpara y permitir la entrada tanto del portalámparas como de la bombilla. Si tienes un globo de cristal puedes conocer su diámetro poniéndolo entre dos libros verticales y midiendo la distancia entre ambos. Disponemos de una gran variedad de diámetros y tamaños.

2-El tipo de abertura que tiene el globo de cristal de tu lámpara: Puede ser un orificio en la parte superior, o un orificio en la parte superior y una abertura más grande en la inferior (esta última decorativa). El orificio al que nos referimos es el lugar por el cual vamos a sujetar la bola de cristal al resto de la lámpara. Puede ser una boca con cuello o sin cuello. En el primer caso se trata de bolas que quedarán sujetas por unas tapetas con tornillos laterales; en el segundo, con unas tapetas que requerirán muelles de presión. Cualquiera de los dos sistemas es válido para crear una lámpara.

3-El acabado del globo de cristal. En este caso podemos suministrar globos de cristal transparentes, opales (blancos) brillantes o bien opales mate.

La característica principal de la iluminación con globos de cristal no es solo estética, sino funcional. El globo de cristal opal consigue que la luz se distribuya de forma uniforme, creando un efecto mucho más suave en la luz resultante. Los globos, al ser redondos, consiguen que la luz viaje además en todas las direcciones, es decir en 360 grados, lo que aumenta su versatilidad y eficacia.

Hemos de destacar que los globos de cristal son atemporales, es decir, no tienen un estilo marcado ni pasan de moda, con lo que la lámpara resultante tiene una larga vida por delante. Lo único que debemos tener en cuenta es que el cristal, como decíamos anteriormente, es un material delicado, con lo que se tendrán que extremar las precauciones a la hora de limpiarlos o moverlos de sitio.

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